Y Cantagallo
Cuentan nuestros abuelos que hace muchos años en Térraba, había un árbol bien grande de Ceiba, en un camino muy transitado, por que las personas iban a buscar agua a montear y recoger frutas.
Ellos cuentan que cuando pasaban una mona y más por las noches los atajaba en el camino y les tiraba piedras, al llegar a una poza se escuchaba un gallo cantar… dicho gallo anunciaba dónde estaba la mona, por eso a ese lugar lo llaman canta gallo… Este animal era muy dañino en el pueblo siempre se encontraba trepado en el palo de Ceiba, ella no dejaba que los habitantes hicieran su trabajo.
Los indígenas en ese entonces creían y esperaban mucho de los sacerdotes, por lo cual invitaron a uno, era la única forma de espantar el espíritu malo que estaba dentro de la mona.
Ella estaba encantada según dijo el sacerdote Franciscano, le hizo un conjuro para que ella se fuera del lugar. Así fue, la mona encantada se retiro y lo sorprendente que cuentan nuestros abuelos fue que el árbol de Ceiba que estaba robusto y que daba mucha sombra se secó de inmediato.
Para ellos, son historias que demostraban el poder espiritual que le daba dios a los sacerdotes y por eso los respetaban, además no son la únicas historias en que los sacerdotes franciscanos son participes de estos hechos reales que pasaron en nuestra comunidad y que gracias a dios todavía existen nuestros abuelos quienes no las cuentan.
Josué Carrera Ortiz
Cindy Vargas Ortiz
Subido por
Daniel Corrales
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